La
representación iconográfica de Santiago con el bastón del peregrino y
el rollo del Evangelio, características del apóstol itinerante y
dedicado al anuncio de la "buena nueva", y características de la
peregrinación de la vida cristiana. Por consiguiente, de Santiago
podemos aprender muchas cosas: la prontitud para acoger la llamada del
Señor incluso cuando nos pide que dejemos la "barca" de nuestras
seguridades humanas, el entusiasmo al seguirlo por los caminos que él
nos señala más allá de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad
para dar testimonio de él con valentía, si fuera necesario hasta el
sacrificio supremo de la vida. Así,
Santiago el Mayor se nos presenta como ejemplo elocuente de adhesión
generosa a Cristo. Él, que al inicio había pedido, a través de su madre,
sentarse con su hermano junto al Maestro en su reino, fue precisamente
el primero en beber el cáliz de la pasión, en compartir con los
Apóstoles el martirio.
S.S. Benedicto XVI, 21 de junio de 2006
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